UNA CUESTION DE GUSTO

u003cpu003eFinales de 1954, en la población costera de Palma de Mallorca. Francisco Javier, más tarde, Orlando Mozartus, como a sí mismo se designara; es ante todo un hedonista a la par que un existencialista; autor de un poemario, premio de la crítica. Es miembro honorífico del Círculo Mallorquín, entidad burguesa de carácter recreativo, en cuya sede se reúnen personalidades de todas las parcelas públicas y donde una tarde novembrina, con motivo de celebrar la inauguración por la ampliación del edificio, Francisco Javier, espíritu soñador, algo huraño, esteta, musicómano, filosófico y melancólico, debido a su escasez de medios, aceptará con gusto una apuesta sui géneris, la cual consistirá en consagrarse a la audición de obras del repertorio operístico, que absorberá todo su tiempo, entre nobilísimos esfuerzos y desvelos. Así, entrará de lleno, a un tiempo, con la música y con los textos de los libretos, en un orbe ricamente poético, apasionante, y, a través de la ensoñación, construirá un mundo poético y repleto del más puro arte, donde obtendrá cuanto necesita, y siempre en clave de humor cómico. Logrará salir victorioso de las dificultades que conllevan las pruebas de audición, en los salones del Circulo Mallorquín, al poner a prueba sus recursos memorísticos. A la par, que irá notando los efectos perniciosos de esa especie de misticismo musical, llevado hasta la exageración. Lo que provocará en él, un permanente contacto con la locura y el delirio, en relación a personajes históricos y ficticios. Asimismo el propio Orlando narra en primera persona sus propias experiencias oníricas, durante el descanso y que por su tono, se puede hablar de relato de aventuras, policíaco, de terror, en los que se mezclan, la ficción y diversos acontecimientos históricos, donde predomina el humorismo en todas sus formas posibles. ¿Cómo acabará la ardua empresa de Orlando? ¿Se perpetuará en el tiempo? u003c/pu003e